Las últimas semanas han sido de caída libre para Alberto Casero. El diputado del Partido Popular por Cáceres lo ha sido todo en su formación. Puede que para el común de los mortales su nombre comenzará a sonarles a raíz del error en la votación que salvó la reforma laboral; pero no había un solo dirigente que no le conociera. Mano derecha de Teodoro García Egea, exsecretario general forzosamente dimitido, era el fontanero por antonomasia de Génova. Ahora ha caído en desgracia.
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