La belleza de la palabra
19 meneos
211 clics

Estoy demasiado cerca para que él sueñe conmigo

Estoy demasiado cerca para que él sueñe conmigo.

No vuelo sobre él, de él no huyo

Entre las raíces arbóreas. Estoy demasiado cerca.

No es mi voz el canto del pez en la red.

Ni de mi dedo rueda el anillo.

Estoy demasiado cerca. La gran casa arde

Sin mí gritando socorro. Demasiado cerca

para que taña la campana en mi cabello.

Estoy demasiado cerca para que pueda entrar como un huésped

que abriera las paredes a su paso.

Ya jamás volveré a morir tan levemente,

tan fuera del cuerpo, tan inconsciente,

como antaño en su sueño. Estoy demasiado cerca,

demasiado cerca. Oigo el silbido

y veo la escama reluciente de esta palabra,

petrificada en abrazo. Él duerme,

en este momento, más al alcance de la cajera de un circo

ambulante con un solo león, vista una vez en la vida,

que de mí que estoy a su lado.

Ahora, para ella crece en él el valle

de hojas rojas cerrado por una montaña nevada

en el aire azul. Estoy demasiado cerca,

para caer del cielo. Mi grito

sólo podría despertarle. Pobre,

limitada a mi propia figura,

mas he sido abedul, he sido lagarto,

y salía de tiempos y damascos

mudando los colores de mi piel. Y tenía

el don de desaparecer de sus ojos asombrados,

lo cual es la riqueza de las riquezas. Estoy demasiado cerca,

demasiado cerca para que él sueñe conmigo.

Saco mi brazo que está debajo de su cabeza dormida,

Mi brazo dormido, lleno de agujas imaginarias.

En la punta de cada una de ellas, para su recuento,

Se han sentado ángeles caídos.

Wisława Szymborska.

19 meneos
116 clics

Poema - El romanticismo

Dice que le regalé una estrella,

dice que fue en el puerto,

una noche de domingo,

cuando empezábamos a salir.

 Yo no recuerdo nada,

la verdad,

hace media vida de eso.

Pero vete tú a saber.

 Bien mirado,

puede que hasta sea cierto:

veinte años,

tonto perdido de amor,

y sin un duro en el bolsillo…

 Qué otra cosa les vas a regalar.

Karmelo C. Iribarren

11 meneos
187 clics

Rojitas (Rojitas las orejas)

Qué tiene tu veneno

Que me quita la vida sólo con un beso

Y me lleva a la luna

Y me ofrece la droga que todo lo cura

Dependencia bendita

Invisible cadena que me ata a la vida

Y en momentos oscuros

Palmadita en la espalda y ya estoy más seguro

Se me ponen si me besas

Rojitas las orejas

Pon carita de pena

Que ya sabes que haré todo lo que tú quieras

Ojos de luna llena

Tu mirada es de fuego y mi cuerpo de cera

Tu eres mi verso, pluma, papel y sentimiento

La noche yo y tú la luna

Tú la cerveza y yo la espuma

Se me ponen si me besas

Rojitas las orejas

Fito Cabrales

11 meneos
126 clics
Poema - ¿A quién le hace falta?

Poema - ¿A quién le hace falta?

¿Ves este poema?

lo he escrito sin beber.

No me hace falta beber

para escribir.

Puedo escribir sin beber,

eso dice mi mujer.

Yo digo que es posible.

No estoy bebiendo

y escribo.

¿Ves este poema?

Lo he escrito sin beber.

¿A quién le hace falta un trago ahora?

Es probable que al lector.

Charles Bukowski



15 meneos
151 clics
«Después de las fiestas»

«Después de las fiestas»

Y cuando todo el mundo se iba

y nos quedábamos los dos

entre vasos vacíos y ceniceros sucios,

qué hermoso era saber que estabas

ahí como un remanso,

sola conmigo al borde de la noche,

y que durabas, eras más que el tiempo,

eras la que no se iba

porque una misma almohada

y una misma tibieza

iba a llamarnos otra vez

a despertar al nuevo día,

juntos, riendo, despeinados.

Julio Cortázar

18 meneos
339 clics
He dejado el alcohol

He dejado el alcohol

Ahora

que he dejado

el alcohol,

no veas

el cuidado

que tengo que tener

con los camareros

de mi barrio,

en cuanto se toman

dos tragos,

me cuentan mi vida.

Karmelo C. Iribarren

11 meneos
50 clics

Poema - Tragicómico

Es lo que tiene el amor:

empiezas siendo

el galán protagonista

de una maravillosa

comedia,

y acabas

convirtiéndote en un actor

sobrio,

serio,

de carácter,

solo que,

de tu propia tragedia.

Karmelo C. Iribarren

15 meneos
144 clics
Poema - "Al borde"

Poema - "Al borde"

Soy alta;

en la guerra,

llegué a pesar cuarenta kilos.

He estado al borde de la tuberculosis,

al borde de la cárcel,

al borde de la amistad,

al borde del arte,

al borde del suicidio,

al borde de la misericordia,

al borde de la envidia,

al borde de la fama,

al borde del amor,

al borde de la playa,

y, poco a poco, me fue dando sueño,

y aquí estoy durmiendo, al borde,

al borde de despertar.

Gloria Fuertes, Antología y poemas del suburbio (1954)

11 meneos
117 clics

Ante el otro

Y era todo simpatía. 

Todo amigos guapos, 

bien peinados, 

relucientes en sus trajes de domingo. 

Era todo admiración, 

cuidadosa sensatez, 

cortesía repetida 

en mil parecidos lances, 

cortesía que de usada 

entre bostezos aflora, 

cortesía funcional

y funcionaria 

que a la postre le funciona. 

Era todo urbanidad, 

correcta moderación, 

templanza bien fundida 

en moldes de indiferencia, 

mesura recalculada 

en hastío mercenario 

que a cualquier doblez se pliega, 

que todo lo tolera 

porque todo lo desprecia, 

inaccesible a la irritación 

porque el mundo le es ajeno. 

Era todo blandura y comedimiento,

que si auténtico resultaba repulsivo, 

si ensayado, viperino.

Eran todos,

uno a uno, 

lo que nosotros no somos, 

y esa luz que no sabemos

si es fulgor de hoguera

o fosforescencia de podredumbre 

cautivó a la que nos mira 

como escombros de otro tiempo, 

como restos prescindibles 

de una niñez lejana 

vestida con la ropa 

de los hermanos mayores, 

disgustada con el ostensible deterioro

de las caricias y los juguetes, 

cautiva tras los barrotes 

que otras manos envidiadas 

trazaron en los libros 

que atestaban la mochila. 

12 meneos
103 clics

Haiku 8...

Cómo disfrutan

en un bando y en otro

los asesinos.

Mario Benedetti (Rincón de haikus)

18 meneos
227 clics

La herida más profunda

A veces la herida más profunda es la que nadie ve,

y la lágrima más triste es la que no se derrama.

A veces solo ven nuestras sonrisas hipócritas,

y no saben que tras ellas se esconde un gran dolor.

A veces, solo ven nuestra alegría fingida, como hábiles artistas,

y no adivinan la tristeza,

la decepción o la desilusión

que nos acompaña.

En la vida no siempre se es lo que se aparenta...

"Si mi sonrisa mostrara el fondo de mi alma, mucha gente al verme sonreír, lloraría conmigo."

Kurt Cobain

14 meneos
77 clics

Las cosas

El bastón, las monedas, el llavero,

la dócil cerradura, las tardías

notas que no leerán los pocos días

que me quedan, los naipes y el tablero,

un libro y en sus páginas la ajada

violeta, monumento de una tarde

sin duda inolvidable y ya olvidada,

el rojo espejo occidental en que arde

una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,

láminas, umbrales, atlas, copas, clavos,

nos sirven como tácitos esclavos,

ciegas y extrañamente sigilosas!

Durarán más allá de nuestro olvido;

no sabrán nunca que nos hemos ido.

Jorge Luis Borges

14 meneos
109 clics

Poema - "Desde mi ventana"

Desde mi ventana

veo el tejado del edificio de enfrente.

El invierno está siendo duro

y las chimeneas trabajan a pleno rendimiento.

Buscando camuflarse entre las nubes

se alejan hacia el cielo

grandes penachos de humo gris.

Igual que a tantas otras

que forman parte de mi vida,

a esta imagen tampoco le queda mucho.

Es una sensación extraña, irreal.

Me acerco a un mundo

en el que mis recuerdos

no van a tener dónde ocurrir.

Karmelo C. Iribarren

18 meneos
301 clics

Este que, en negra tumba rodeado

Se dice que este poema mortuorio y en plan burlesco se lo escribió Quevedo a Góngora, aunque hay otros que dicen que se lo escribió en vida, pero es una muestra no solo del ingenio sino de la mordacidad española. Y en mi opinión Quevedo dejaba en pañales a cualquier español normal. Y aprovecho para recomendar "La vida del buscón", entre mis favoritas y una de las obras cumbres de la literatura hispana.

Este que, en negra tumba, rodeado

de luces, yace muerto y condenado,

vendió el alma y el cuerpo por dinero,

y aun muerto es garitero;

y allí donde le veis, está sin muelas,

pidiendo que le saquen de las velas.

 

Ordenado de quínolas estaba,

pues desde prima a nona las rezaba;

sacerdote de Venus y de Baco,

caca en los versos y en garito Caco.

La sotana traía

por sota, más que no por clerecía.

 

Hombre en quien la limpieza fue tan poca

(no tocando a su cepa),

que nunca, que yo sepa,

se le cayó la mierda de la boca.

Éste a la jerigonza quitó el nombre,

pues después que escribió cíclopemente,

la llama jerigóngora la gente.

Clérigo, al fin, de devoción tan brava,

que, en lugar de rezar, brujuleaba;

tan hecho a tablajero el mentecato,

que hasta su salvación metió a barato.

 

Vivió en la ley del juego,

y murió en la del naipe, loco y ciego;

y porque su talento conociesen,

en lugar de mandar que se dijesen

por él misas rezadas,

mandó que le dijesen las trocadas.

Y si estuviera en penas, imagino,

de su tahúr infame desatino,

si se lo preguntaran,

que deseara más que le sacaran,

cargado de tizones y cadenas,

del naipe, que de penas.

Fuese con Satanás, culto y pelado:

¡mirad si Satanás es desdichado!

 

11 7 2 K 57
11 7 2 K 57
16 meneos
297 clics

La muchacha del semáforo

Tienes la misma edad que yo teníacuando empecé a soñar en encontrarte.Entonces no sabía, igual que túno has aprendido aún, que llega el díaen que el amor es esta arma cargadade soledad y de melancolíaque está apuntándote desde mis ojos.Tú eres la muchacha que busquécuando aún no existías.Y yo el hombre hacia el cualquerrás un día dirigir tus pasos.Pero estaré tan lejos de ti entoncescomo estás tú de mí en este semáforo.

 

Joan Margarit 

24 meneos
265 clics
Ocho poemas de Nietzsche que nos instilan pasión por la vida

Ocho poemas de Nietzsche que nos instilan pasión por la vida

Aunque paradójicamente siempre le hemos visto como alguien pesimista, un tanto amargado que no hacía más que maldecir la existencia, de su obra se desprende un profundo amor por la vida. Es probable que su forma de enseñarnos a apreciar lo mejor de la vida fuera mostrarnos que la existencia es una trampa de la que podemos escapar, que, en realidad, tenemos la llave para salir en nuestra mano.
8 16 0 K 93
8 16 0 K 93
17 meneos
83 clics

Poema - El futuro

El futuro es vuestro,

chavales,

decían, 

como quien te dice 

que te ha tocado algo.

¡El futuro!

Menudo fraude:

letras y letras,

y más letras de Banco,

o la puta calle.

Karmelo C. Iribarren

11 meneos
62 clics

Poema - "El amigo"

Llora cuanto quieras

sobre mi hombro,

desahógate,

cuenta conmigo

para lo que te haga falta.

Pero no te equivoques,

no soy mejor que él:

le envidio

cada una

de tus lágrimas.

Karmelo C. Iribarren

12 meneos
65 clics
Poema - Muere lentamente

Poema - Muere lentamente

Muere lentamente quien no viaja,

quien no lee,

quien no oye música,

quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente

quien destruye su amor propio,

quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito

repitiendo todos los días los mismos trayectos,

quien no cambia de marca,

no se atreve a cambiar el color de su vestimenta

o bien no conversa con quien no conoce.

Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones,

justamente estas que regresan el brillo

a los ojos y restauran los corazones destrozados.

Muere lentamente quien no gira el volante cuando esta infeliz

con su trabajo, o su amor,

quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir detrás de un sueño

quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,

huir de los consejos sensatos…

¡Vive hoy!

¡Arriesga hoy!

¡Hazlo hoy!

¡No te dejes morir lentamente!

¡No te impidas ser feliz!

Martha Medeiros

Biografía

16 meneos
401 clics

Poema - Currículum

Currículum

 El cuento es muy sencillo,

usted nace,

contempla atribulado

el rojo azul del cielo,

el pájaro que emigra,

el torpe escarabajo

que su zapato aplastará

valiente.

 

Usted sufre,

reclama por comida

y por costumbre,

por obligación,

llora limpio de culpas,

extenuado,

hasta que el sueño lo descalifica.

 

Usted ama,

se transfigura y ama

por una eternidad tan provisoria

que hasta el orgullo se le vuelve tierno

y el corazón profético,

se convierte en escombros.

 

Usted aprende

y usa lo aprendido,

para volverse lentamente sabio,

para saber que al fin el mundo es esto,

en su mejor momento una nostalgia,

en su peor momento un desamparo,

y siempre, siempre

un lío,

entonces,

usted muere.

Mario Benedetti

12 meneos
78 clics

Poema - "En el parque, leyendo"

¿Tienes un cigarro?

Levanto la mirada:

Unos 45 años,

en la cuneta.

Le digo que sí

y le alargo un Camel.

Gracias – dice–,

a las diez cierran la verja.

Ahora se las doy yo a él.

Le veo irse,

cabizbajo,

hacia los árboles.

Hace un alto

en una papelera.

Decido cenar algo

yo también.

Karmelo C. Iribarren

10 meneos
112 clics

Poema - "Compañeros de viaje"

Aparentan

ser los de siempre,

su prioridad,

dicen,

sigue siendo la misma,

cambiar el mundo,

solo que ahora

desde los despachos.

Las calles

son muy frías

en invierno,

y la vejez

-ahí delante,

ya no tan lejos-,

parece un descampado.

No es posible creerles.

Como mucho,

se les puede comprender.

Karmelo C. Iribarren, “El escenario”

17 meneos
110 clics

Tengo miedo - Pablo Neruda

Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza

del cielo se abre como una boca de muerto.

Tiene mi corazón un llanto de princesa

olvidada en el fondo de un palacio desierto.

Tengo miedo -Y me siento tan cansado y pequeño

que reflojo la tarde sin meditar en ella.

(En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño

así como en el cielo no ha cabido una estrella.)

Sin embargo en mis ojos una pregunta existe

y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.

¡No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste

abandonada en medio de la tierra infinita!

Se muere el universo de una calma agonía

sin la fiesta del Sol o el crepúsculo verde.

Agoniza Saturno como una pena mía,

la Tierra es una fruta negra que el cielo muerde.

Y por la vastedad del vacío van ciegas

las nubes de la tarde, como barcas perdidas

que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.

Y la muerte del mundo cae sobre mi vida.

12 meneos
104 clics
Poema de Jorge Luis Borges

Poema de Jorge Luis Borges

No quedará en la noche una estrella.

No quedará la noche.

Moriré y conmigo la suma

del intolerable universo.

Borraré las pirámides, las medallas,

los continentes y las caras.

Borraré la acumulación del pasado.

Haré polvo la historia, polvo el polvo.

Estoy mirando el último poniente.

Oigo el último pájaro.

Lego la nada a nadie.

Jorge Luis Borges, El suicida (1975)



17 meneos
95 clics

Poema - Ideario

Me da vértigo el punto muerto

y la marcha atrás,

vivir en los atascos,

los frenos automáticos y el olor a gasoil.

Me angustia el cruce de miradas,

la doble dirección de las palabras

y el obsceno guiñar de los semáforos.

Me da pena la vida, los cambios de sentido,

las señales de stop y los pasos perdidos.

Me agobian las medianas,

las frases que están hechas,

los que nunca saludan y los malos profetas.

Me fatigan los dioses bajados del Olimpo

a conquistar la Tierra

y los necios de espíritu.

Me entristecen quienes me venden clines

en los pasos de cebra,

los que enferman de cáncer

y los que sólo son simples marionetas.

Me aplasta la hermosura

de los cuerpos perfectos,

las sirenas que ululan en las noches de fiesta,

los códigos de barras,

el baile de etiquetas.

Me arruinan las prisas y las faltas de estilo,

el paso obligatorio, las tardes de domingo

y hasta la línea recta.

Me enervan los que no tienen dudas

y aquellos que se aferran

a sus ideales sobre los de cualquiera.

Me cansa tanto tráfico

y tanto sinsentido,

parado frente al mar mientras que el mundo gira.

Francisco M. Ortega Palomares

Ideario (de su poemario “Cuenta atrás”)

Algunas estrofas recitadas por Roberto Iniesta Ojea (grupo "Extremoduro") en su tema "Stand by"

Fuente

menéame