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«Fue muy incómodo de ver. Hasta que no empezaron a follar no terminó la tensión, lo cierto es que sentimos alivio cuando se decidieron». Con estas palabras comentaba esta mañana un empleado de la compañía Jenkins&Co. el momento en el que Laura Segura, del departamento de Distribución, y Rodrigo Lombardo, de Ventas, se encontraron por primera vez en la sede de Barcelona y dudaron entre darse dos besos o darse la mano. «Acercaban la mano tímidamente, pero también la cara, y no tenían claro por dónde tirar. Los demás tuvimos que mirar a otro lado