El Papa Francisco se ha pronunciado al fin sobre el abrazo que le dio esta semana el presidente de Argentina, Javier Milei, y ha confirmado lo que mucha gente temía: el fuerte abrazo de Milei fue inesperado y en ningún momento consentido. “Se me abalanzó y no supe qué hacer, me quedé parado”, ha dicho el Papa. Fuentes cercanas al pontífice han asegurado que Bergoglio ha estado en las últimas horas preguntando si su falda era excesivamente entallada o provocativa, aunque luego ha sido capaz de reflexionar y dejar de culparse a sí mismo.