“Yo entraría por la puerta y a las dos horas, al salir, olvidaría al momento lo que he vivido en el interior del gimnasio y me limitaría a recibir todos los beneficios, en salud y estado de ánimo, de todo ese trabajo que ha hecho el otro, que sería yo pero que sería otro independiente a mí”, le ha explicado el hombre a la recepcionista.
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Tsunami de suicidios a la primera semana.
(Ola se quedaba corto)