Hay un paciente que ha sacado lo mejor de mí. Ya van tres veces que meto mi mano con guante en su canal anal con miedo de causarle dolor. Pero no, resulta que el masoquista pervertido disfrutó cada segundo. No fui más que un peón en su plan para volver realidad una de sus tantas fantasías sexuales, algo que definitivamente no estaba escrito en mi contrato.
|
etiquetas: médico , extracción anal de objetos , experiencias , relato