En la segunda mitad de la década de los años 60, cuando Lamborghini contaba en su catálogo únicamente con el Miura y el 400 GT, la marca de Ferruccio presentó en el salón del automóvil de Ginebra de 1967 un prototipo de lo más interesante, que adelantaba un posible modelo de cuatro plazas. Se denominó Lamborghini Marzal.
Aquel concept car que, según el propio Ferruccio Lamborghini, nunca se concibió como un modelo de producción, sino como todo un ejercicio de diseño (y de marketing, de paso), sirvió como base para muchas de las ideas que después inspiraron el Lamborghini Espada, desvelado un año después, en 1968.