Maserati, a mediados de esa década, no pasaba por una buena época, de modo que sus dueños estaban dispuestos a venderla. Citroën tomó esa oportunidad, se hizo con una gran marca de prestigio internacional y en 1968 incorporó a Maserati a su grupo. Y así, el que había nacido en 1961 como 'Proyecto S', tomó forma con la inestimable aportación motorística de la firma italiana.
Fue de hecho el ingeniero Alfieri quien se encargó de realizar un motor V6 ligero, compacto y potente, destinado a ser colocado en posición delantera. Sin embargo, los franceses presionaron a su recién adquirida marca, porque el Salón de París de 1970 era la fecha elegida para lanzar el espectacular modelo.