Los excesivos gastos - incluyendo miles de dólares en estética y maquillaje para Netanyahu - son sólo otra más de las controversias recientes sobre la vida de lujo de la que goza el primer ministro a expensas de los contribuyentes. Hace tres años, cuando tuvo lugar el funeral por la muerte de Margaret Thatcher, mandó instalar una cama en el avión que lo llevaría a Londres con un coste de 100.000 euros. En la factura desglosada de este último hay un gasto de 20.000 dólares en concepto de "quitar y almacenar el mobiliario de las habitaciones".
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