Los autobuses tienden a llegar tarde y apelotonados, provocando retrasos y que se llenen de gente. Esta simulación muestra por qué sucede. Las líneas de autobús están diseñadas de tal modo que cada uno de los vehículos en circulación aparezca por su parada cada cinco o diez minutos. El objetivo es repartir el tráfico de pasajeros, del tal modo que el autobús jamás exceda su volumen de plazas. Sin embargo, es habitual bajar a la parada de la esquina y encontrarse con que a un autobús le sigue otro autobús cumpliendo la misma línea.
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