¿Cómo era posible? ¿Alguien había pescado el atún y lo llevaba con baliza y todo a una lonja en el interior de Inglaterra? ¿Alguien había robado la baliza y la había vendido a un habitante de esta ciudad industrial? ¿Había aprendido el pez a conducir y se dirigía a visitar el escenario de su serie favorita? Nada de eso.
|
etiquetas: investigadores , atún a la fuga