Dormirse en el trabajo ya no es una costumbre de vagos y maleantes. Un estudio de la NASA así lo ha demostrado: dormir 26 minutos después de comer ayuda a mejorar la atención y combate a fatiga. Y por eso en las oficinas más top de Silicon Valley, como en las de Google, se permite a sus trabajadores echar una cabezadita en pos de una mejor productividad.
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