En Túnez celebran siete años de revolución protestando por lo mismo que en 2011: pan, trabajo y justicia social. Ya no está Ben Alí, el dictador al que echaron y hoy vive retirado en Arabia Saudí. Ahora el objetivo de las manifestaciones es un gobierno de derechas apoyado por los islamistas que aplica las políticas que le dicta el Fondo Monetario Internacional: subida de impuestos, recortes y despidos en el sector público. A cambio, Túnez ha recibido un préstamo con el que ir tirando y pagando deudas.
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