Decepciona el movimiento de Feijóo. No ya por la incoherencia respecto a tantas declaraciones garantistas, sino porque es una irresponsabilidad compartir el programa político y el Gobierno con un partido ultra cuyo modelo de sociedad representa una amenaza a la convivencia y a la decencia. Comenzará ahora el masaje del argumentario voluntarista. Y se nos explicará que la mejor manera de “domesticar” a Vox consiste en amaestrarlo en las instituciones. Es una mentira que se pone en evidencia cada mañana en el Gobierno de Castilla y León.
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