En esta crisis podemos distinguir dos fases: la primera ha consistido en empobrecer al personal, en abolir derechos que había costado mucho tiempo conseguir, y en hacernos creer que la precaria situación a la que habíamos llegado no era culpa de la avaricia de los banqueros y de la corrupción de los políticos, sino de nuestra mala cabeza: durante varios años habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora llegaba la tía Paca Merkel con la rebaja.