Este término se ha vuelto más popular entre la generación de milennials en Estados Unidos. Su argumento es que “Latinx” es una forma menos determinista y más incluyente que las palabras a las que remplaza, “Latino” en referencia a los hombres y “Latina” para las mujeres. Algunos consideran esta presunción un reforzamiento del patriarcado. Estas objeciones son intuitivas y extrañas. “Latino” fue inventado en inglés, y sin embargo a algunos les disgusta por las repercusiones políticas de aplicar la gramática española.