El obituario de Luis Pascual Estevill podría haber sido el relato de un hombre hecho a sí mismo. Pero no, no fue así, y por eso su necrológica incluye obligatoriamente una palabra que le acabó definiendo para siempre: corrupto. Con un término se resume una vida.

Pasqual Maragall, desesperado, llegó a enviar un fax –era 1994– al juez, en el que sólo figuraba una frase manuscrita, "¡Déjenos enterrar a mi hermano en paz!" y la firma del alcalde. Lejos de disuadir al juez, la reacción de Pascual Maragall parecía complacerlo, así que el alcalde recurrió a su amigo personal Miquel Roca para solucionar el problema a través de Macià Alavedra. La condición de Estevill y Alavedra a Roca fue que propusiera al primero como vocal del CGPJ y se garantizase el apoyo del PSOE.

Unidad contra el Fascismo y el Racismo (UCFR) hizo una nota de prensa condenando un acto en homenaje a los Hermanos Badia (paramilitares filofascistas de la Santa Hermandad Catalana, represores de sindicalistas de la CNT en los años 30),donde participaron Tremosa y Oriol Junqueras junto con grupos fascistas independentistas de Unidad Nacional Catalana, como su líder Xavier Andreu, relacionado con la Librería neonazi Europa y autor de frases como "Los catalanes no podemos ser sustituidos(…)Hay que tener al menos un progenitor catalán, para serlo

Llegó Joan Piqué Vidal, defensor de Pujol. Le pregunté: “¿Todo va según lo previsto?”. Sonriente, me susurró: “¡Mejor, incluso!”. Por aquel entonces Piqué ya era famoso como experto procesal de éxito; y por los favores que prodigaba a magistrados recién llegados a Barcelona (pisos o empleos para sus hijos). Nos habíamos visto en el restaurante Orotava, con Lluís Prenafeta y otros, donde había alardeado de tener la situación bajo control, mientras daba cuenta de un costillar de venado.

En mayo de 1984, el Fiscal General del Estado presentó una querella contra Jordi Pujol y una veintena de antiguos directivos de Banca Catalana por los presuntos delitos de apropiación indebida y maquinación para alterar el precio de las cosas. Entonces nació la leyenda del Estado contra Cataluña. Y dado que, en lo relativo a corrupción, en Madrid están mucho peor, pues seguimos pasando por lo que no éramos ni cuando hace treinta años Jordi Pujol dijo que de ética y moral sólo podríamos hablar nosotros.

Juan Piqué Vidal no aprende de sus propios errores. Acaba de cumplir una condena de seis años de prisión por ser el cerebro del caso Estevill. El que fue el abogado más cotizado de Barcelona hasta principios del siglo XXI, y que llegó a defender al mismísimo Jordi Pujol en el caso Banca Catalana, fue condenado por idear buena parte de las extorsiones del magistrado corrupto Lluís Pascual Estevill contra sus propios clientes. Estevill los encarcelaba sin motivo y luego los liberaba a cambio de sustanciosas cantidades ingresadas en Suiza.

Aunque los hechos de que se acusa a Dívar sean totalmente diferentes a los del juez Estevill, si tienen algunos paralelismos que afectan al comportamiento de los partidos políticos, especialmente los que están en el Gobierno. En ambos casos los afectados se aferraron numantinamente a sus cargos y, en ambos casos, la mayoría del consejo se opuso a las peticiones de dimisión, siguiendo las consignas de los intereses del partido que les propuso o del grupo con el que se identificaban.

El ex abogado Juan Piqué Vidal se encuentra en libertad condicional y al ex magistrado Lluís Pascual Estevill se le ha concedido el tercer grado penitenciario, ambos condenados por el caso Estevill.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha revocado el régimen abierto que la Generalitat concedió a finales del año pasado al ex juez Lluís Pascual Estevill, condenado a más de nueve años de prisión por exigir dinero a banqueros y empresarios procesados para evitar su encarcelamiento. En un auto, el alto tribunal catalán estima un recurso presentado por la Fiscalía contra el tercer grado penitenciario que la Secretaría de Servicios Penitenciarios otorgó a Pasqual Estevill...