Todo estaba en su sitio, el dinero, las influencias y las putas, conviviendo en plácida normalidad, hasta que en octubre de 2009 una marea de guardias civiles llegados desde Pontevedra y Madrid entraron a fuego en la comandancia de la Guardia Civil y en los principales prostíbulos de la ciudad. Luego, con el tiempo, le fue llegando el turno a la comisaría de Policía Nacional y a otro buen montón de lugares que hasta entonces pertenecían a la ciudad en la que nunca pasa nada.

"Los Soldados de Dios atacaron el local, tomaron a todos como rehenes e impidieron que la gente saliera", declaró a L'Orient-Le Jour Tarek Zeidan, director ejecutivo de Helem. Un transeúnte que se encontraba en el bar cuando se produjo el incidente, hacia las once de la noche, expresó su temor ante la situación. Desde el miércoles por la noche circulaban por las redes sociales vídeos de la agresión, en los que se oye a varios hombres gritar: "¡Este es el lugar de Satanás! Él promueve la homosexualidad... ¡en la tierra del Señor está prohibida!

Anil Subba, un conductor de Uber nepalés de Jackson Heights, Queens, murió unas horas después de que los médicos del Hospital Elmhurst pensaron que tal vez era lo suficientemente fuerte para sobrevivir sin la ayuda de un respirador. En el vecindario cercano de Corona, Edison Forero, un empleado de un restaurante de 44 años procedente de Colombia, todavía estaba ardiendo en fiebre cuando su compañero de casa le exigió que dejara el cuarto que rentaba.