Mientras Alemania lucha contra una crisis política y económica sin precedentes, su compromiso de apoyar a Ucrania sigue bajo intenso escrutinio público. La economía estancada, que lleva a una reducción de la recaudación de ingresos, se ve agravada por un freno constitucional a la deuda. La infraestructura y las inversiones sociales son las principales áreas afectadas por la tensión económica; ellos son los más afectados, además de 37 mil millones de euros en ayuda a Ucrania.