Como diría el químico francés Jean Hellot en 1762, "nada es quizás más peculiar que el proceso mediante el cual se obtiene el azul de Prusia ... Y si el azar no hubiera intervenido, sería necesaria una teoría profunda para inventarlo".

Imagínese un gran salón decorado todo él con paneles de ámbar rodeados de molduras de pan de oro y de espejos…. Una estancia adornada con más de 6 toneladas de ámbar dispuesto en láminas y cubriendo una superficie de 55 metros cuadrados. Ese derroche de opulencia y esplendor -que hoy valdría unos 240 millones de euros sólo en ámbar- existió realmente

Alemania no tenía nada que ver con Prusia hasta el siglo XVIII. Prusia no fue sinónimo de Alemania hasta bien entrado el siglo XIX. Prusia fue moldeada a través de los siglos por los Caballeros Teutónicos, tiene un desarrollo tardío, recién en el siglo XVIII aparece como Reino y en poco tiempo, a sangre y hierro, se convirtió en el gendarme de Alemania. El verdadero corazón de la vieja Alemania no fue Prusia. El corazón de la vieja Alemania estuvo formado por el Rin y sus alrededores. Mapas Ilustrativos.

Las dos guerras mundiales, la de 1914 y la de 1939, se llaman “Primera” y “Segunda” porque fueron las dos primeras en las que se combatió en casi todos los rincones del mundo y participaron naciones de todos los continentes. Pero ¿realmente habría que llamarlas así? ¿No ocurrió antes? Entre 1756 y 1763, hubo un conflicto global en el que se combatió en todos los rincones de del planeta: la Guerra de los Siete Años.Hubo tres frentes principales: Europa, América y Asia. Y las batallas navales tuvieron lugar en todos los océanos.

En 1675 el rey de Prusia Federico I fundó el regimiento más alto de todos los tiempos, los “Gigantes de Potsdam”, una unidad del ejército prusiano al que sólo podían ingresar los soldados de más de 1,88 metros de estatura, una media altísima para los estándares actuales y mucho más para los del siglo XVII. Para hacerse una idea, el propio rey Federico medía 1,60 metros, lo que tal vez explique su obsesión por rodearse de un batallón de gigantes que, por cierto, jamás entró en combate en sus 130 años de existencia.

Durante la segunda guerra mundial en uno de los palacios de Tsárskoye Selo, un grupo de soldados soviéticos encontraron una habitación decorada en estilo erótico . Según los testigos, una de las paredes estaba decorada en su totalidad con falos de madera de diferentes formas, una gama de sillas, escritorios y pantallas decorados con imágenes pornográficas . Los soldados no saquearon nada ni destruyeron nada allí, por el contrario, hicieron una docena de fotografías documentales.