En 1972 se estrenó 'Aguirre, La Cólera de Dios'; una película que supuso uno de los rodajes más decabellados y delirantes de la historia del cine. Grabada en plena Selva Amazónica, su director (Werner Herzog) dejaba padecer hambre, sed y agotamiento a los actores para que las escenas fueran lo más realistas posibles. Además, su actor principal (Klaus Kinski), un hombre que sufría crisis de ira descontroladas, llegó a enfrentarse con el director hasta el punto de amenazarse mutuamente con matarse a tiros.