La primera persona en recibir la inyección fue Kazuhiro Araki, el director del centro. "No me gustan mucho las inyecciones, pero fue administrada adecuadamente. No ha dolido nada, así que me he quedado tranquilo", dijo ante las cámaras de televisión presentes. Araki se prestó voluntario para este momento, dijo, para servir de ejemplo: "Pensé que era necesario que el presidente del centro se pusiera la vacuna para animar a los demás a vacunarse".

Vive en Kyoto y lleva bastantes años sorprendiendo a las audiencias digitales, aunque lo que han visto las esculturas en directo dicen que la impresión es aún mucho mayor cuando te topa con ellas a centímetros de distancia. Dependiendo del ángulo en el que se hagan las foto de sus obras, de si se deja espacio suficiente o no para que veamos que se tratan de bustos, hacen que muchos crean que en realidad estamos ante la celebridad de carne y hueso.

Conocido en Hollywood por su trabajo en efectos especiales, el artista japonés Kazuhiro Tsuji, Los Angeles, también crea esculturas con un realismo sorprendente, honrando a Dalí o Andy Warhol, "Mi objetivo es esculpir retratos que vayan más allá de la captura de una imagen. Creo estas obras de adentro hacia afuera, dando vida al pensamiento interior de las miradas y emociones en cada capa de silicona".

El mundo del anime japonés está de luto por la perdida de uno de los animadores más importantes. Se trata de Shingo Araki, fallecido ayer a los 72 años. Araki, nacido en 1939, inicialmente comenzó como mangaka pero su fama como diseñador de personajes de anime comenzaría en 1965 con Kimba, el león Blanco y más tarde lo haría en otras series como Ulises 31, La Rosa de Versalles y Saint Seiya (conocido en Latinoamérica como Caballeros del Zodiaco), así como la serie americana, el Inspector Gadget.

Muere a los 72 años de edad, Shingo Araki, uno de los más populares diseñadores de personajes de animación japonesa. Entre sus trabajos más célebres y característicos están Ulises 31, La Rosa de Versalles o Los Caballeros del Zodiaco, su trabajo más conocido y que le consagró como uno de los más grandes.

Araki tiene una enorme habilidad para la fotografía de kinbaku, y ese talento para fotografiar mujeres atadas ha sido frecuentemente malinterpretado o directamente incomprendido. Algunos grupos feministas (no todos, y hago aquí la nota mental de hablar otro día del feminismo “sex positive” de Betty Dodson) le han boicoteado, llegando a tirarle piedras durante una exposición en Seúl.

Hoy hay muchas cosas de las que podíamos hablar, pero a veces los silencios son las armas más poderosas, no hablar de mediocres, chorizos y pederastas, silenciarles es igual de efectivo que no dar publicidad a los terroristas, ignorarles y enterrarles en la cueva de la indiferencia y del olvido. El verano es una época peligrosa para la información y para los juegos de poder, siempre nos la clavan cuando la gente esta en la playa enterrando sus miserias del año y tratando de pensar en que otra vida es posible.