A estas alturas, es difícil hacernos a la idea de que los coches autónomos nos lleven con seguridad a donde queramos, hay que tener mucha confianza en los algoritmos y el hardware que gobiernan los movimientos del vehículo, además de que tendríamos que ponernos en un escenario en el que todos los protagonistas fueran iguales. La tecnología está ahí, y empresas como Google están dando pasos de gigante con sus pruebas reales, con sistemas de control de crucero basado en radares, cámaras que controlan los carriles disponibles...