Tanto si venden cemento como televisores, electricidad o café, los grandes grupos prefieren ponerse de acuerdo entre ellos para inflar los precios antes que arriesgarse a que se genere competencia. Y aunque esta práctica es ilegal, rara vez les importa. Casi siempre ocurre lo mismo cuando se descubren cárteles en Europa: se les multa, pero nada más, nadie tiene que responder de sus actos ante un tribunal. Artículo original en alemán en:
goo.gl/ihor9