En 1939 Francia esperaba 50.000 refugiados españoles y de repente se encontro 500.000. Estos refugiados fueron encerrados en campos de concentración. Los bebés nacidos allí llegaron a registrar una mortalidad perinatal del 95%. En medio de esta desolación aparece la suiza Elisabeth Eidenbenz, de apenas 24 años, que alquila un palacete en Elna, donde tuvo cuidado de que las mujeres españolas embarazadas que huían de una guerra fraticida tuviesen los medios humanos para parir con una cierta seguridad y dignidad.