Orange y MásMóvil por fin cierran su acuerdo con Digi. En el mismo, se reflejan los remedies o condiciones ligadas a las consecuencias para la competencia que tendrá la futura fusión entre los dos primeros grupos.

La competencia en la industria de las telecomunicaciones es feroz, y lo vemos en los precios de las tarifas, en las llamadas de los teleoperadores de una y otra compañía, pero lo que no habíamos visto es que una operadora bloquee el acceso a la web de otra operadora, y en este caso, la operadora censora en cuestión es Digi.

Al alcanzar un tamaño considerable, los operadores tienen obligación de informar el gobierno sobre la velocidad de los datos móviles y de las conexiones a Internet.

Digi ya es el quinto operador y el que más crece, pero hay voces dentro del sector que temen que la estrategia pueda afectar negativamente al resto.

Los usuarios de la operadora española Digi está sufriendo problemas de conectividad durante la tarde que afectan de manera generalizada a todo el país.

En el primer semestre del año Digi sumó más de 400.000 clientes y la tendencia refleja que la fuga de abonados hacia la compañía low cost. «Reduciremos las inversiones en infraestructuras si la regulación sigue estrangulando al sector». Lo cierto es que el crecimiento de DIGI no deja a nadie indiferente. Con una plantilla de miles de empleados la operadora rumana no solo no acompaña en las subidas de precios a sus competidores, es que incluso llega a ofrecer más por lo mismo. DIGI se ha convertido en el principal enemigo de los cuatro grandes.

Digi se estrena ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) con una sanción de 70 mil € por no verificar la identidad al entregar en tienda un duplicado fraudulento de la tarjeta SIM de uno de sus clientes, lo que permitió que se le robase dinero de la cuenta bancaria.

La presión de las grandes operadoras de telecomunicaciones se centra en evitar que la Comisión Europea siga engordando a la compañía de origen rumano