Los carbohidratos, o glúcidos, son más comúnmente conocidos como azúcares. Estos sirven de «combustible»: su función principal es aportar energía a las células del organismo, es decir, calorías.
316 adultos y niños diagnosticados de diabetes tipo 1 siguieron una dieta muy baja en carbohidratos, suponían tan solo el 5% del total de calorías ingeridas. El nivel promedio de hemoglobina glicosilada –HbA1C, parámetro que muestra el nivel de azúcar en sangre– de los participantes se estableció en el 5,67% . Un hallazgo muy significativo dado que cualquier nivel inferior al 5,7% se considera ‘normal’. los participantes requirieron una menor dosis de insulina y presentaron unos bajos niveles de triglicéridos y unos niveles elevados de c-HDL.
En la dieta cetogénica es muy importante llevar un control de los carbohidratos que consumimos para no salirnos del estado de cetosis. Si consumimos más de 20 carbohidratos al día, normalmente el cuerpo utiliza el sistema de glucógeno para generar combustible. Y hasta que no están vacías las reservas de glucógeno, el cuerpo no produce cetonas, y empezamos en la fase de quema de grasa para generar combustión para el cuerpo.
Las personas con colesterol alto deben evitar los carbohidratos y no las grasas saturadas, según ha comprobado un equipo internacional, incluidos cinco cardiólogos y publicado en la revista 'BMJ Evidence-Based Medicine'. Esto está en consonancia con otro artículo publicado recientemente en el 'Journal of the American College of Cardiology', que proporcionó pruebas de que los alimentos que aumentan el azúcar en la sangre, como el pan, las papas y los dulces, deben minimizarse, en lugar de los aceites tropicales y los alimentos de origen animal.
A los carbohidratos les ha pasado como a las grasas: han sido demonizados ya que su ingesta ha sido relacionada con el sobrepeso. Ya saben del mito que dice que comer pasta por la noche engorda. En realidad, al igual que ocurre con los lípidos, no todos los hidratos de carbono son malos para la salud.
Los carbohidratos refinados como la pasta, el pan o el arroz blanco se parecen a los combustibles fósiles. Contienen mucha energía, su producción es barata y justo cuando parece que la oferta no puede seguir el ritmo de la demanda, alguna innovación tecnológica nos permite extraer y producir más. Y, al igual que los combustibles
La reducción de los carbohidratos en la dieta aumenta el gasto de energía durante el mantenimiento de la pérdida de peso. Este efecto metabólico puede mejorar el éxito del tratamiento de la obesidad, especialmente entre aquellos con alta secreción de insulina. Una baja carga glucémica y una dieta rica en grasas podrían facilitar el mantenimiento de la pérdida de peso más allá del enfoque convencional de restringir el consumo de energía y fomentar la actividad física. El gasto total de energía fue significativamente mayor en los participantes..
Mientras las posiciones entre los defensores y los detractores de las dietas bajas en carbohidratos se mantienen intensamente polarizadas, los estudios que comparan su efectividad frente a otros tipos de dieta se siguen publicando. En este caso se trata de una especie de "superestudio", una revisión de revisiones. Un trabajo en el que se recopilan y analizan todas las revisiones y los metaanálisis publicados hasta ahora comparando los ensayos de intervención realizados y la efectividad de las dietas bajas en grasas contra las bajas en carbo.
En un meta análisis de estudios sobre el consumo de carbohidratos que incluían a 432.179 participantes se verificó que aquellas dietas que se alejaban de una ingesta de carbohidratos que supusiese el 50% de la energía total estaban asociadas a mayores índices de mortalidad. Un +20% para aquellas con un porcentaje de ingesta de energía vía carbohidratos inferior al 40% y de un +23% para aquellas que superasen el +40%. Si se sustituían por proteínas/grasas vegetales la mortalidad bajaba en un -18%, si eran de origen animal crecía en +18%.
Los carbohidratos son es el único macronutriente sin necesidades mínimas establecidas. Aunque muchos pueblos han prosperado con los carbohidratos como su principal fuente de energía, otros lo han hecho con pocos o ninguno durante gran parte del año (por ejemplo los inuit, lapones y algunos nativos americanos). Si los carbohidratos no son necesarios para la supervivencia, podemos plantearnos preguntas respecto a su cantidad y tipo para conseguir una salud óptima y para maximizar la longevidad y la sostenibilidad.
El mito persistente de que la grasa en la alimentación causa obesidad y promueve las enfermedades del corazón, sin duda, ha arruinado la salud de millones de personas. Es difícil saber cuántas personas han permitido la mala salud crónica por seguir la recomendación convencional baja en grasas y alta en carbohidratos, pero estoy seguro de que el número es significativo.
Este artículo muestra 10 curiosidades sobre los carbohidratos que quizás desconocemos, como el test del "cracker" (que indica si nuestra saliva contiene mucha cantidad de una enzima que procesa mejor los hidratos de carbono), o el hecho que congelar el pan procesado antes de consumirlo hace que contenga menos calorías.
Las autoridades de salud han identificado una de sus principales preocupaciones mientras libran una guerra contra la diabetes: el arroz blanco. Es aún más potente que los refrescos azucarados en la causa de la enfermedad.
Se acaba de publicar un pequeño trabajo en el que de nuevo se ha estudiado (entre personas con diabetes tipo 2) la influencia del momento en el que se ingieren los carbohidratos en una comida, en este caso en la concentración en sangre de la hormona ghrelina, muy relevante en la regulación del apetito. Aunque la relación entre el apetito y esta hormona es compleja, podríamos decir que a mayor concentración en sangre de ghrelina, mayor apetito. Una vez más parece que comer los carbohidratos al principio es la opción menos favorable.
Las adaptaciones iniciadas por el ejercicio pueden ser amplificadas con la nutrición adecuada. Sin embargo, las pautas actuales para deportistas suelen producir el efecto opuesto: reducir el beneficio del entrenamiento, tanto a nivel de composición corporal como rendimiento. Hoy profundizamos en la nueva ciencia de la periodización nutricional. Entenderás por qué entrenar siempre con el glucógeno lleno inhibe ciertas adaptaciones al entrenamiento, y aprenderás a periodizar el carbohidrato para optimizar resultados.
La dieta Atkins es un popular sistema nutricional bajo en carbohidratos creado en 1972 por el cardiólogo Robert Atkins. La dieta de Atkins está dirigida a limitar los carbohidratos y se centra en las proteínas y las grasas. El objetivo de la dieta es cambiar los hábitos alimenticios que le ayudará a perder peso y deshacerse del exceso de peso.
Investigadores españoles han logrado desarrollar una metodología in vitro para evaluar la digestibilidad de carbohidratos funcionales. Los resultados revelan, entre otros datos, que tras dos horas de digestión la lactulosa y la lactosacarosa mostraron una alta resistencia a la digestión intestinal.
Las llamadas dietas cetogénicas –bajas en carbohidratos y altas en grasas– aumentan la longevidad y la fuerza en ratones. Así concluye un nuevo estudio que apunta un aumento del 13% en la esperanza de vida media de los roedores con una dieta rica en grasa frente a una alta en carbohidratos. Los resultados, publicados en Cell Metabolism, abren un nuevo campo en la investigación del envejecimiento.
Las dietas bajas en grasa aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, según el exhaustivo estudio PURE presentado en Barcelona. Los resultados indican que las grasas saturadas de origen animal no incrementan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mientras que el exceso de carbohidratos está asociado a una mayor mortalidad.
Está siendo importante el revuelo que se ha armado con la reciente publicación en The Lancet de los últimos resultados del estudio PURE. Se trata de un trabajo observacional que ha recopilado datos de 18 países y más de 135.000 personas, analizando la relación entre grasas, carbohidratos y enfermedad y mortalidad cardiovascular. Es un trabajo interesante e importante, pero un estudio observacional, a fin de cuentas. Que por sí solo tiene un valor muy limitado a la hora de tomar decisiones.
El consumo elevado de carbohidratos se asoció con un mayor riesgo de mortalidad, mientras que el de grasas en general se relacionó con una mortalidad más baja. La grasas en general no se asociaron con enfermedades cardiovasculares, infarto de miocardio o mortalidad por enfermedades cardiovasculares, mientras que la grasa saturada tuvo una asociación inversa con el accidente cerebrovascular. Las directrices dietéticas mundiales deberían reconsiderarse a la luz de estos resultados.
Investigadores están desarrollando un enfoque innovador para el tratamiento de una enfermedad autoinmune rara del sistema nervioso periférico, usando un tipo de esponja molecular que consiste en carbohidratos para quitar los anticuerpos patógenos del torrente sanguíneo. Desarrollado por científicos de la Universidad de Basilea y el Hospital Universitario de Basilea, en Suiza, para tratar la neuropatía anti-MAG, el enfoque también tiene aplicaciones potenciales para el tratamiento de otras patologías autoinmunes.
Si los niveles altos de insulina son el principal generador de la obesidad... ¿Por qué tenemos la paradoja del asiático delgado en el que el arroz era su principal fuente de comida? La hipótesis "Carbohidrato - Insulina" se queda pues incompleta. Falta alguna pieza para completar el puzzle que se nos escapa. ¿Cuál será la pieza que falta para completar el puzzle? En este post vamos a intentar explicarlo (basado en la magnífica explicación del Dr. Jason Fung en su libro "The obesity code".