Acosado por lo menos por tres causas judiciales que investigan el financiamiento político, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, podría comenzar un largo recorrido por los tribunales una vez que caduque su inmunidad legal, un mes después de abandonar el Palacio del Elíseo. La Constitución de Francia establece que un presidente no puede ser llamado a testificar o ser investigado hasta un mes después de abandonar el cargo, un privilegio que terminará a mediados de junio para Sarkozy, que entregará el poder el 15 de mayo a François Hollande.