El último secretario general del PSOE lleva más de un año diciendo ‘No’, desde mucho antes del “no es no” a la investidura de Rajoy. Puede que su verdadera renuncia haya sido a seguir sosteniendo una impostura. Con Pablo Iglesias predicando para los arrabales socialdemócratas y Albert Rivera haciendo lo que sea que haga Albert Rivera a uno y otro flanco de la polis; con el partido comprobando, elección tras elección (de las legislativas y de las otras, las que deciden rumbos y posiciones), que después de tocar fondo aún se puede seguir cavando