La Universidad ha desaparecido de la agenda política y social; como si la diéramos por descontada. No se habla de ella. Después de los recortes presupuestarios que siguieron a la crisis de 2008, se fueron levantando voces que reclamaban recuperar recursos para la sanidad o la educación primaria y secundaria. La Universidad, que había sufrido la peor rebaja presupuestaria, en cambio, quedó silenciada.