El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, maniobró para ocultar que su tía, Paloma Pérez-Marín Turrión, cobró una comisión de 72.600 euros de Podemos. No podía aparecer en la contabilidad del partido y no se debía dejar ningún rastro que desvelase el parentesco familiar entre ambos. Para ello, el líder de la formación utilizó a la empresa que le vendió su nueva sede, Transhotel Patrimonial SL, como intermediaria para que abonase dicho pago.