El desastre del vertedero de neumáticos obedece a la lógica de Parque Jurásico, es decir: si usted crea el bicho devorador más grande del mundo, no espere que se quede dentro de la valla más grande del mundo. El tiranosaurio es un prolífico comensal y la basura es un magnífico combustible. Ahora, si las llamas saltaran el cortafuegos de 400 metros de tierra prensada y asfalto y alcanzasen el Quiñón del Pocero, nadie sabrá dónde acababa el vertedero.