La paz laboral era inexcusable para Daimler, que desde su sede en Stuttgart (Alemania) había trasladado esta condición para aprobar unas inversiones de 1.200 millones en su filial alavesa, que así podrá aumentar su capacidad y afrontar la transformación hacia la nueva movilidad, nucleada en torno al vehículo eléctrico. Si UGT, CCOO, Ekintza y PIM suscribieron el acuerdo, para un convenio con vigencia durante el periodo 2021-2026, las centrales ELA, LAB y ESK se opusieron al reclamar como innegociable una subida salarial alineada con el IPC real