Entramos a cara descubierta: nos disponemos, más que a deshacernos en loas —alguna caerá— a argumentar por qué Dirty Dancing es, sin duda, una de las grandes películas de la historia. No es un ejercicio de nostalgia de tiempos en los que todo era más fácil: Dirty Dancing parecía caduca cuando se rodó y fue revolucionaria. Hoy, bajo esa falsa apariencia de caducidad acartonada, sigue gozando de una relevancia inextinguible. Sin sonrojo ninguno se lo decimos. Dirty Dancing nació, se rodó y ha madurado durante tres décadas como una incomprendida.

El pionero de los deportes aéreos Peter Salzmann fue lanzado en helicóptero a casi 10,000 pies junto a otros dos pilotos que lucían trajes de alas convencionales y alcanzó 186 mph (299.46 km/h) en su primer vuelo, lo que le permitió elevarse por encima de otra montaña y, ganar altitud mientras los otros pilotos descendían. El equipo montado en el pecho ofrece 15 kW de potencia y puede producir un empuje durante cinco minutos. Funciona con un equipo de dos impulsores de carbono de 7,5 kW que giran a una velocidad de 25.000 rpm