La entrevista que Sean Penn realizó recientemente al Chapo Guzmán y condujo a su detención escondía mucho más que una charla con el narcotraficante más buscado de México. Penn, con su habilidad periodística para separar lo importante de lo accesorio nos habla mucho más de él mismo, del mundo en que vivimos y del lector que del entrevistado. Y nos descubre que todos somos unos hipócritas relativistas morales mientras que El Chapo, pues resulta majete cuando hablas con él. Sin duda, los periodistas son contingentes pero tú eres necesario, Sean.