Supun Kellapatha y Nadeeka Nonis, naturales de Sri Lanka, nunca habrían imaginado que una llamada a su puerta en el verano de 2013 desencadenaría una serie de eventos que reescribiría el curso de sus vidas. Después de cuatro años afrontando amenazas y un miedo constante a la deportación, aseguran que no se arrepienten de abrir aquella puerta. Se sienten orgullosos de haber acogido a un americano "nervioso" en su pequeño apartamento. Ahora son ellos los que necesitan ayuda y nadie parece dispuesto a ayudarles.

El Washington Post ha logrado una hazaña ignominiosa en la historia de los medios de comunicación de Estados Unidos: el primer diario que mediante editorial, explícitamente hace un llamado la persecución penal de la fuente (Edward Snowden) de su propio diario- que contribuyó a que de manera posterior el periódico ganará y con entusiasmo aceptara un premio Pulitzer por servicios públicos. Pero aún más sorprendente que este acto de traición periodística contra su propia fuente de papel son las afirmaciones hechas para justificarlo.

Unos monjes budistas de Canadá nos/les han dado una lección de humanidad, al liberar unos 270 kilos de langostas frescas compradas a los pescadores de la isla Prince Edward, donde se erige el instituto budista de la Gran Iluminación. Las langostas fueron bendecidas con agua purificada y recibieron una oración antes de volver a las frías aguas del Atlántico Norte. “Esperamos encontrar un lugar en el que no haya jaulas esperándolas”, dijo el líder de la iglesia, el venerable Dan, a las cámaras de CBS.