La leva forzosa de cientos de miles de hombres para incorporarlos al Ejército ha abierto un segundo frente al presidente ruso, Vladímir Putin, en la guerra de Ucrania. Las evidencias de que el reclutamiento es mucho mayor que los 300.000 nuevos efectivos anunciados y la huida de más de un cuarto de millón de jóvenes y hombres adultos en los últimos días para evitar ser incorporados a filas están abriendo una brecha cada vez mayor entre los desaforados designios bélicos del Kremlin y la voluntad de todo un país.

El representante Jim Banks lamentó el jueves en Twitter que el alivio de la aplastante deuda de los estadounidenses de bajos ingresos que pagan préstamos estudiantiles podría reducir el número de personas que se alistan en las fuerzas armadas para financiar su educación superior. "La condonación de los préstamos estudiantiles socava una de las mayores herramientas de reclutamiento de nuestras fuerzas armadas en un momento de alistamiento peligrosamente bajo", escribió.

La Fiscalía reconoce que 600 jóvenes que hacían el servicio militar han sido enviados a la guerra, algo prohibido por la ley. La hundimiento del crucero lanzamisiles Moskvá, el buque insignia de la flota rusa del mar Negro, le costó la vida a Yegor Shkrebets a mediados del pasado abril. El joven realizaba el servicio militar y por ello legalmente no debía estar en zona de combate. Su padre inició tras su muerte una cruzada por romper el silencio de las fuerzas armadas y reclamar justicia. Yegor no había sido el único joven ruso enviado a la ofe