Hace unas semanas, el juez de menores, Emilio Calatayud, decía en televisión que "las niñas se hacen fotos como putas", y que "después de las fotos, pueden venir los acosos, los abusos y las violaciones". Esta semana hemos visto la enésima prueba de que culpar a las propias niñas (o mujeres) de la objeticificación de sus cuerpos es una falacia machista, además de un análisis de chichinabo provocado por la misoginia que la sociedad nos graba a fuego desde pequeños.