Dejamos atrás, en la cola, a más de la mitad del pasaje esperando a ser recolocados en otros vuelos. Todos nos piden información según pasamos a su lado. Más de cuatro horas de espera con tan solo el vaso de agua que nos ofreció la azafata en el avión. ¿Dónde está el personal de Iberia? La gratitud por haber salido con vida de un trance así se fue agotando según aumentaba el cansancio, la incertidumbre, la falta de atención e información. Somos seres humanos, tenemos derechos, tenemos la obligación de asistir a quien lo necesita… ¿O solo somos