La mitología griega cuenta que Hefesto, dios del fuego y la forja, no tuvo padre. Su nacimiento es misterioso y según distintos autores, su madre, Hera, lo alumbró sin contacto sexual con su pareja, el gran dios Zeus, en un acto de “autogamia” divina y como venganza por las continuas golferías e infidelidades de su marido. La diosa demostraba así que no necesitaba a dios u hombre alguno para dejar descendencia aunque para entonces ya tenía tres hijos de su consorte: Ares, Hebe e Ilitía.