«Probamos el sistema y alucinamos: caen sin parar», cuenta la apicultora Eva Huerta, que ante la tremenda invasión de avispas asiáticas adaptó el trampeo de Koldo Belasko a sus colmenas de Grao.

Trágico domingo en el municipio pontevedrés de Poio. Un hombre de 73 años ha fallecido esta mañana tras sufrir las picaduras de una avispa velutina. Las primeras informaciones apuntan a que la víctima mortal era alérgica. Fue atacado en las inmediaciones de la casa, en una finca donde estaba el nido y a donde había ido con su esposa a recoger algún producto. Su muerte se confirmó poco después de las 11.30 horas. Su mujer también sufrió picaduras, pero está fuera de peligro.

Procedente de Japón, puede llegar a medir hasta 5 centímetros de longitud y 7,5 con las alas abiertas. Según indican los expertos, son una especie agresiva y presentan una coloración naranja y marrón, que las hace similares a las avispas comunes, pero con un tamaño mucho mayor. Además, decapitan a estas para alimentar a sus crías. Los expertos en controles de plagas señalan que no hay un peligro inminente, pero que ya se trabaja para saber cómo controlar su llegada si se diera el caso, toda vez que ya se ha detectado su presencia en EEUU.