Normalmente, antes de tirar los dardos, nos fijamos que exista una diana. Sin embargo, hay ocasiones en que tiramos los dardos y después pintamos a su alrededor la diana, es lo que se conoce como la “Falacia del tirador preciso”. De esta forma, vivimos más “felices” (o quizás sería más correcto decir: más cómodos) siguiendo este tipo de pensamiento. Visto desde esta perspectiva, muchos podrán pensar que realmente hay que ser muy tontos para caer en la falacia del tirador preciso, pero ahora les demuestro que no es así.