Hace unos días, varios medios han dado repercusión a una noticia que ha sido todo un éxito de clicks, y donde se juntaban elementos tan polarizantes como las energías renovables y los generadores diésel. Un conjunto que ha dado como resultado un explosivo titular, que nada o casi nada tiene que ver con la realidad, y que nuestro amigo Sergio Fernandez ha explicado gráficamente en un excelente hilo en X.

71 generadores eólicos de la compañía Scottish Power estuvieron funcionando, hace ahora un año, durante días en el mes de diciembre de 2022, alimentados por generadores diésel. Esa fue la revelación que recibió el Daily Record, gracias a un trabajador de la empresa que, por supuesto, permanece en el anonimato, que posteriormente sería reconocida por la compañía energética escocesa, que explicó convenientemente lo sucedido.

«Durante diciembre, 60 turbinas en el parque eólico Arecleoch y 11 en el Glen App se quedaron sin energía debido a un fallo en el cableado en el parque de Mark Hill. Para que estas turbinas pudieran volver a funcionar se conectaron a generadores diésel que funcionaban más de seis horas al día», aseguró el denunciante

Y lo más llamativo es que la falta de gasolina era evitable, pero para desgracia del ministro de Economía y candidato presidencial peronista, Sergio Massa, todo lo que podía salir mal salió mal. Argentina importa un 25% de su consumo de gasolinas y gasóleos. Si se toma el valor oficial del dólar, las empresas están vendiendo el combustible al público a unos 75 centavos de dólar por litro. Si se toma el mercado clandestino de cambio, a menos de 30 céntimos. Importar combustible sale caro. Las tarifas locales, reguladas por el Gobierno, no compe

Según el último informe de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), las ventas de coches 100 % eléctricos en Europa en agosto superaron por primera vez el 20 % de la cuota de mercado total (prácticamente el doble que el mismo mes de 2022, cuando obtuvieron un 11,6 %), llegando a las 165.165 unidades vendidas.

Rusia, uno de los principales proveedores de diésel a nivel global, anunció a través de un decreto que prohibirá las exportaciones en busca de estabilizar el mercado doméstico de combustible. La medida también aplica a la gasolina. La medida podría agravar la escasez actual del mercado global de diésel. Los refinadores de petróleo del mundo están teniendo dificultades para producir suficiente combustible en medio de menores suministros desde Rusia y Arabia Saudita, los principales productores de la OPEP y sus aliados.

El bolsillo de los españoles está sufriendo más la evolución de los precios de los carburantes que el de los europeos. La gasolina subió el pasado mes de agosto en España un 6,7%, prácticamente el doble que el 3,4% del conjunto de países de la Unión Europea. El gasóleo bajó un 2,9%, algo menos de la mitad del 4,9% que descendió la media Europea, según Eurostat.

El diésel fue, hasta hace pocos años, el amo y señor de las ventas de vehículos nuevos, pero desde el escándalo por la manipulación de las emisiones en el conocido como dieselgate en 2015, su popularidad ha caído en picado. En lo que va de año, los coches propulsados por este tipo de combustible apenas supusieron el 13% de las matriculaciones de vehículos nuevos.

Destilar crudo vuelve a ser un negocio colosal y, en concreto, su conversión en gasoil o diésel, el combustible más utilizado en camiones, tractores, autobuses y también en coches en general en países como España. Son malas noticias para el consumo y buenas para los productores. La cotización de los contratos mayoristas del diésel en los mercados internacionales como el ICE o Nymex ha vuelto a repuntar con fuerza este verano, con mayor brío, por ejemplo, que los barriles de petróleo.

Llenar un depósito de 70 litros de capacidad de un vehículo de turismo particular cuesta de media 25 euros más este verano que a finales del año pasado. Miles de españoles tendrán que hacer frente a este repunte para el regreso de sus vacaciones. La DGT prevé un fuerte número de desplazamientos a finales de agosto por la última fase de la operación retorno del verano. También se está encareciendo el diésel, el otro combustible que más utilizan los españoles.