Si en la liga, como era de esperar, el Madrid se distanció rápidamente y desde el inicio, en la Copa de Europa las cosas avanzaban a trompicones pero avanzaban: en primera ronda, el Barcelona eliminó al Sparta Praga por el valor doble de los goles fuera de casa; en octavos, hizo lo propio con el Oporto, un rival muy peligroso como se vería el año siguiente: 2-0 en el Camp Nou y 3-1 en Das Antas. El sorteo de cuartos de final le emparejó con la Juventus, el campeón italiano. Aquello eran palabras mayores y más con la ausencia de Schuster