Quizás Estados Unidos no podrán evitar un mundo multipolar, pero no detectaremos una potencia militar comparable aunque escrutemos el horizonte con telescopio. China, que tendría problemas gravísimos si la globalización encallara, apenas construye su primer gran portaaviones. Rusia, en cambio, ha perdido completamente su imperio y pretende resarcirse con una expansión que, al cabo de muchos esfuerzos y a un coste elevadísimo, tan sólo ha conseguido recuperar Crimea, ocupar el este de Ucrania y poco más.