Con sólo 15 años de edad, Sally ejercía la prostitución en Freetown (Sierra Leona). Repudiada por su familia y casi desahuciada por sus enfermedades, ha encontrado esperanza y consuelo. El resultado de sus exámenes clínicos fue lapidario: “sida, hepatitis B, tuberculosis y tres enfermedades de transmisión sexual”. A Sally los médicos no le dieron más de un mes de vida y su familia ni la quiso volver a ver por significar “una vergüenza para ellos” al vivir en la calle y dedicarse a la prostitución para poder sobrevivir. Pero mejoró, y mucho.
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