Todos los actores implicados hablan ya claramente de «sabotaje», sin más detalles. La investigación in situ de las tuberías reventadas junto a la isla danesa de Bornholm, a menos de 200 kilómetros de la localidad alemana de Lubmin, por donde entran al continente europeo, no se podrá realizar mientras el gas siga manando de la infraestructura. Y los expertos calculan que eso llevará, como mínimo, 7 días.
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