El otoño pasado, un prolífico fotógrafo que pidió no ser nombrado notó una caída aguda e inexplicable en las ganancias en su página de Patreón, donde los aficionados desembolsan dinero por suscripciones a sus fotos de modelos desnudas bien iluminadas. En diciembre, recibió un correo electrónico anónimo con un enlace a un sitio web llamado yiff.Party. Cuando hizo click, se volvió blanco: Miles de sus fotos fueron colocadas en la web abierta de forma gratuita.
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