En los fósiles, los científicos han descubierto varias adaptaciones para la vida en un ambiente acuático, en particular varios pares de proyecciones aplanadas a los lados del abdomen, que probablemente funcionaban como branquias. En las larvas también observaron tres pares de futuras alas en el tórax, cuya estructura detallada es muy similar a las placas branquiales antes mencionadas en el abdomen. Por lo tanto, se puede suponer que estas llamadas almohadillas alares también participaban en la absorción de oxígeno del medio acuático.
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