En esa costa levantina emblema del urbanismo desaforado previo a la crisis de 2008 —la del pisito de veraneo y la primera línea de playa— se yergue La Nucía, una localidad a la sombra del monte Ponoig intercalada entre las dos bahías de Benidorm y Altea, que en los últimos años ha apostado por salirse de los cánones del turismo de sol y playa y crecer y reformarse siguiendo un modelo arquitectónico más sostenible.
|
etiquetas: la nucía , pueblo , diseño , nueva york